“El talento es algo que me tocó en donde no preferí”
Sin pelos en la lengua Hernán Montenegro, quizá el mejor basquetbolista que haya tendido nuestro país, habló de todo. El deporte y la sociedad hoy, fueron algunos de los temas de conversación de un jugador que dejó su impronta mientras tuvo puesto los pantalones cortos. “Me trajo problemas haberme visto con un talento (el de jugar al básquet) que no elegí y que nunca me llenó el alma”.
Entre risas y anécdotas, una nota imperdible con una persona que supo crecer de la mano de un personaje único e irrepetible creado por él mismo.
Por: Rafael Violi Cattaneo
rafaelvioli@yahoo.com.ar
El contexto es el ideal, todo está montado y dado para charlar largo y tendido rodeado de gente joven como a él le gusta: la entrevista se va a dar en el Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Difícilmente esté en la ciudad que tanto lo respeta y por la cual incursionó en política hasta las elecciones pasadas, pero hoy esa suerte juega de nuestro lado.
La clásica, típica y necesaria preparación periodística previa a una conferencia, en busca de conocer mas profundamente a quien vamos a tener frente, hoy es mayor que en otras ocasiones, está con nosotros un tipo distinto que tiene muchas batallas en las espaldas y que sabe de lo que habla.
Los nervios se incrementan una vez que está con nosotros, el hombre que mide 2.11 metros ingresa al recinto y se sienta; está frente a nosotros, al menos para quien firma esta nota, el jugador mas talentoso y fundamentado que haya dado el básquet argentino, todo está listo para escuchar, en la cátedra de Periodismo Deportivo, a Hernán Montenegro.
Los nervios copan la parada pero empiezan a cobrar menos protagonismo una vez que el grabador se enciende y el “Loco” comienza a responder las preguntas formuladas para la ocasión, de ahora en mas solo habrá que escuchar y disfrutar….
Hernán, ¿Cómo están hoy por hoy los clubes?
“En los clubes hay una problemática muy clara. En la época mía los dirigentes le dedicaban después del trabajo tres o cuatro horas como vocación, por los momentos que nos tocan vivir eso ya no se puede hacer porque hay que trabajar mas tiempo si queremos llegar a fin de mes, etc. desgraciadamente ya no se tienen ese tiempo para el club, es por esto que ha habido un vacío dirigencial que hace que los clubes se caigan, al no haber una presencia física los chicos y las familias dejan de concurrir; porque hoy a las diez de la mañana el club está cerrado y para averiguar algo tenes que ir tipo diez de la noche donde encontrás algún administrativo, son distintos puntos que perjudican al club”, enfatiza Montenegro ante la atenta mirada de los estudiantes.
“Para esto hay que involucrar a ese montón de profesores de educación física que se reciben por año y que no tiene trabajo, hay tenes la mano de obra, los clubes necesitan de esos profesores para reactivar la entidad y empezar desde la mañana a realizar distintas disciplinas, no podes empezar después de las cuatro o cinco de la tarde, el club debe trabajar durante todo el día para cumplir la función social, haciéndolo solo de tarde se llega a satisfacer la función deportiva y no la humanística”, agrega.
“Hoy un chico entrena solo 50 minutos por día, tres veces por semana y eso es muy estrecho, eso no sirve, el deporte no es una alternativa, es algo que se va formando y que necesita tiempo. Por esto el club debe volver a vivir y de eso se debe encargar el municipio dándole herramientas como los profesores de gimnasia que deben estar en contacto con los chicos y los demás clubes para saber las distintas característica de uno y otro; es mucho mas fácil decirlo que hacerlo, hay que reactivar los clubes, éste no puede ser una cosa física que esta quieta esperando que alguien entre, el club debe trabajar o hacer cosas para atraer a los chicos”, sintetiza.
Sin lugar a dudas Montenegro dejó una impronta mientras fue jugador, mas allá de lo deportivo, implementó una conducta y un estilo distinto de lo que hasta entonces era habitual y eso lo marcó y lo destacó para siempre.
“Mientras jugué me tomé todas las cosas de manera muy especial, en muchas cosas me adelante entendiendo que esto es un negocio, el deporte es un entretenimiento y yo noté hace 20 años que se iba a tornar en todo lo que es hoy, en un gran negocio movilizador de masas”.
“Mientras fui jugador hacia cosas en base a que mi negocio siguiera funcionando, terminó el jugador, guardé el payaso y ahora soy un ciudadano civil como cualquier otro, el “Loco” ahora también es un ex. Creo haber sido muy contradictorio en mi vida y eso es porque las personas que van creciendo día a día y que buscan mutar buscando algo nuevo tienen ese contra punto”, concluye.
“Mas allá de eso yo siempre traté de darle un poco de color al asunto, creo que los que somos privilegiados en lo que hacemos no podemos ser infelices o sufrir como lo hacen muchos, que se reprimen y entran en depresiones porque no saben que hacer con sus vidas, se tornan personajes hasta siniestros en algunos casos porque hacen cosas que no les gusta; es muy difícil ser deportista hoy en día”, analiza Hernán.
“El ambiente es titiritero y la mayoría se ahoga en ese circulo, si sos muy publico podes tener tu personaje, el mismo tiene que ser de defensa y por eso por ejemplo todo el mundo habla de Maradona, podemos estar diez horas hablando de Diego pero la gente no entiende que Maradona es único e irrepetible y que por sobre todas las cosas es un jugador de fútbol”, sintetiza Montenegro que hasta hace algunos meses tuvo, junto a Pedro Troglio, su agencia de representación de jugadores.
La “amiga blanca” que tanto lo perjudicó
“Uno de mis problemas fue el tema de las drogas y mi gran adicción a las noches, yo llevé una vida muy rocker porque a mi me gustó vivir, nunca pelié con nadie, soy muy calmo, tengo mi bohemia pero tranquila.
De joven tuve la suerte de hacer algo que estaba piola y encima me pagaban y entonces lo único que hice fue vivir, dentro de ese vivir tuve un montón de curiosidades, como la droga que es algo que me apasiona desde la intelectualidad, es algo para hablar mucho y que esta mal entendido y utilizado, desde donde yo lo viví fue algo intelectual, nunca tuve adicción a las drogas que es lo que muchos no saben, yo he probado todo tipo de drogas, por lo menos hasta las que estaban hace 10 años, ahora escucho y veo cada cosa que lo mío, a comparación de esto, era blanca nieves (risas)”, afirma Hernán sin pelos en la lengua.
“Cuando tenia nueve años me di cuenta que tenía que hacer algo, yo tenía un terrible complejo de inferioridad, la mayoría de las personas que venimos de círculos muy bajos tenemos ese complejo que es bueno porque te empuja a salir, pero cuando logras lo que querías es lo que te empieza a matar, porque empezas a sentir culpas, “¿porque el no y yo si?, etc.”, y a mi me sucedió eso, yo vivía con culpa, a la plata no le daba ni bolilla, venía alguien me pedía el auto y yo se lo daba así nomás y todos pensaban “que bueno que es este tipo” y no es que fuera bueno pero no le daba importancia, porque no le daba valor a lo que yo hacia, no era buen chico sino que yo tenía un problema interno en la cabeza pero gracias a la terapia pude darme cuenta de eso y entender lo que me pasaba”, agrega.
Si hay algo que Hernán tiene claro es que nunca será entrenador de básquetbol,
“Un día con Beto Cabrera charlamos sobre eso, el se me acercó y me preguntó si me gustaría dirigir una vez que terminara mi carrera como jugador, al yo decirle que no tenia muchas ganas el me respondió bien claro; “no vas a poder Hernán, los que jugamos bien a algo creemos que los demás también van a hacer las cosas igual de fáciles que nosotros y estamos equivocados”. Los grandes jugadores no pueden ser entrenador, yo en la cancha, gordo como estoy, puedo leerte a la perfección el partido las situaciones del juego, pero sentado en el banco me como absolutamente todas las situaciones que cualquier otro puede ver”
¿Tuviste frustraciones en tu carrera deportiva?
“Millones, te dormirías, yo tuve un problema muy grande que es el que le ocurre a las personas que tenemos talento, el talento es algo que te toca y no algo que elegís y de repente te toca en algo que no preferís, que no disfrutas, tenes facilidad para hacer algo pero no te llena el alma y yo con el básquet tuve esa discusión interna, disfrutaba del juego y no del circo y el personaje fue mi defensa, contra ese circo. Mira que paradoja: quise ser el mas payaso de un circo que odiaba, siempre tuve esa dicotomía entre el jugador, el talento y la persona; por dentro mío sabia que la persona no tenía nada que ver con el jugador y mucho menos con el personaje, pero lo había creado y no lo podía matar, no había vuelta atrás”.
¿Tuviste particiones entre el jugador y el personaje?
“Sin dudas el personaje le ganó a la persona y eso me costó muchos años de terapia hasta darme cuenta, ese personaje en algunos aspectos me va a jugar en contra, en otros me va a servir de experiencia”, cuenta a los presentes en el Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social.
Eterna duda bahiense: ¿Beto Cabrera o Manu Ginobili?
Quien ama, juega o quizá solo siente y sigue el básquet en Bahía Blanca, habrá discutido, en alguna oportunidad, en busca de elegir al mejor de este deporte no solo en la ciudad y la zona sino también en el país. Salvando olímpicamente las distancias: un mini Maradona–Pelé en torno a dos cracks, pero para Hernán no hay dudas.
“¡¡Cabrera hijo!!, con todo el respeto que me merece Manu. Yo jugué contra los dos, Ginobili es un tremendo atleta es un muy buen jugador de básquetbol que aprendió rápido lo que había que hacer para estar donde está, Ginobili es todo cerebro pero nunca tuvo el talento de Cabrera, el mío o el de Pichi Campana. Beto Cabrera jugaba el básquet de hoy pero 30 años atrás”, asevera quien representa a Román González.
“Te puedo contar una anécdota chiquitita para que te des cuenta de esto, un día jugaba la selección de Bahía y en ella estaban Frued y Cabrera, en un momento del juego Beto agarra un rebote en su aro y de espaldas a la cancha y desde la mitad de la misma Lito (Frued) le empieza a gritar para que le pase el balón, para todo esto Cabrera ya lo había visto y entonces de espaldas le hace un pase con efecto, la pelota pica a cinco metros de Lito y este se despreocupa pensando que el balón se iba, la pelota picó y le pasó a un metro, él se quedó estático, como con miedo sin entender nada, entonces Cabrera le pregunta porque no agarra el balón y Lito se enoja y lo insulta por el pase que le había puesto (Risas): Cabrera jugaba a otra velocidad y a un ritmo que nadie podía entender en esa época”. Montenegro no tiene dudas.
El talento es más fuerte que todo ¿no?
“No, te lo explico con este ejemplo. En una carrera de atletismo se para el yanqui terriblemente preparado, con un año de entrenamiento previo que sabe hasta el gramo de grasa que va a perder en esa competencia, al lado de él un keniata raquítico y enfermo, se larga la competencia y el ganador es el negro; en el anti doping descubren que, a pesar de la derrota, el norteamericano rubiecito vestido integro por Nike estaba por demás dopado; en las venas el ganador no solo tiene enfermedad, también tiene hambre de gloria y contra eso ¡no vas a poder luchar nunca!”, agrega en el Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social.
¿Qué cosas te quedaron pendientes en tu carrera?
“No me quedó nada pendiente, cuando jugué el único partido amistoso en la NBA al termino del mismo me fui muy amargado de ver todo lo que había en ese ambiente, yo me imaginaba otra cosa nunca el manejo que se ve en esa liga”
¿Cuánto cambiaste en tu vida al incursionar en las muchas cosas que has hecho?
“Mucho, fui mutando abruptamente. En la vida tenes que dividir todo, detesto los odios eternos y los rencores absurdos que me parecen bajos y mediocres. La vida, tu vida es hoy, hay que olvidar todo lo que pasó y de esta manera estas abierto a nuevas historias, no acumulas odios, resentimientos ni siquiera amores, eso te da la posibilidad de que todo sea nuevo en tu vida y de esta manera la encaras distinto”, sentencia.
Para terminar Hernán Montenegro se vio casi obligado a contar una anécdota de esas tantas que posee y que resultan tan graciosas
“Hay una anécdota que me piden en todos lados. Yo siempre fui amante de los autos y por eso fui de cambiarlos muy seguido, a veces cada un día dependiendo el auto que viera y me gustara. Por este motivo yo le compraba los autos a mi mujer pero un día ella me pidió que dejara de elegirle los autos y si lo encontraba, que le comprara un escarabajo y se lo pintara de rosa.
Un amigo un día me avisa que había uno en un lugar de compra y venta, me voy a verlo y al llegar lo veo al escarabajo y por detrás un enorme colectivo, nunca me voy a olvidar era un Magic Deutz 1974 blanco, 42 asientos y baño”. (Risas)
“Cuestión que el tipo del lugar me mostraba el escarabajo a mí y a mi amigo, pero yo no podía sacarle la vista de encima al colectivo, para todo esto mi amigo que me conoce de años me dice “Pichu, te está gustando el colectivo” (risas) entonces yo le digo si, tengo ganas de llevarlo, mi amigo me empieza a decir que habíamos ido a ese lugar por el auto y que encima yo no sabía manejar colectivos, pero él si sabia entonces el vendedor me dice el precio del auto y al toque le pregunto por el precio del colectivo, el tipo me mira y me pregunta si necesitaba uno, cuestión que el vendedor me lo muestra mientras yo estaba como nene sentado haciéndome el que manejaba, ahí nomás se lo compré y me lo llevé. Al llegar a casa mi mujer se quería morir, le dije que era un poquito mas grande que el escarabajo pero no me quería bajar (risas), la cuestión es que todos los domingos salíamos a pasear con los chicos. Hoy por hoy estoy muy complicado porque salió el escarabajo nuevo y como desde aquella vez no se lo regalé nunca, mi mujer ahora lo quiere cero kilómetro” (Risas).
Hernán Montenegro en frases
“Mirar a alguien a los ojos cuando habla es algo fundamental que se está perdiendo, estamos cerca en lo tecnológico pero lejos en lo humano”
“Yo antes me mataba por ver NBA, yo ahora la salteo por completo, no me interesa. Se perdió el talento”
“Después de esta generación brillante de jugadores en la selección de básquet veo un futuro muy malo, no hay reemplazantes para estos jugadores”
“Ginobili no salió de Bahiense de Norte, salió de La Rioja donde se hizo como jugador y como persona”
“Nunca te comas el caramelo de “yo formé a…” los mejores son mamá y papá”
“Nunca tuve problemas en decir lo que pienso”
“Con medios o sin ellos, si vos querés: podes”
“El jugador de básquet es muy difícil y yo fui el mas difícil entonces no tengo ganas de aguantar gente como yo”
Sin pelos en la lengua Hernán Montenegro, quizá el mejor basquetbolista que haya tendido nuestro país, habló de todo. El deporte y la sociedad hoy, fueron algunos de los temas de conversación de un jugador que dejó su impronta mientras tuvo puesto los pantalones cortos. “Me trajo problemas haberme visto con un talento (el de jugar al básquet) que no elegí y que nunca me llenó el alma”.
Entre risas y anécdotas, una nota imperdible con una persona que supo crecer de la mano de un personaje único e irrepetible creado por él mismo.
Por: Rafael Violi Cattaneo
rafaelvioli@yahoo.com.ar
El contexto es el ideal, todo está montado y dado para charlar largo y tendido rodeado de gente joven como a él le gusta: la entrevista se va a dar en el Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Difícilmente esté en la ciudad que tanto lo respeta y por la cual incursionó en política hasta las elecciones pasadas, pero hoy esa suerte juega de nuestro lado.
La clásica, típica y necesaria preparación periodística previa a una conferencia, en busca de conocer mas profundamente a quien vamos a tener frente, hoy es mayor que en otras ocasiones, está con nosotros un tipo distinto que tiene muchas batallas en las espaldas y que sabe de lo que habla.
Los nervios se incrementan una vez que está con nosotros, el hombre que mide 2.11 metros ingresa al recinto y se sienta; está frente a nosotros, al menos para quien firma esta nota, el jugador mas talentoso y fundamentado que haya dado el básquet argentino, todo está listo para escuchar, en la cátedra de Periodismo Deportivo, a Hernán Montenegro.
Los nervios copan la parada pero empiezan a cobrar menos protagonismo una vez que el grabador se enciende y el “Loco” comienza a responder las preguntas formuladas para la ocasión, de ahora en mas solo habrá que escuchar y disfrutar….
Hernán, ¿Cómo están hoy por hoy los clubes?
“En los clubes hay una problemática muy clara. En la época mía los dirigentes le dedicaban después del trabajo tres o cuatro horas como vocación, por los momentos que nos tocan vivir eso ya no se puede hacer porque hay que trabajar mas tiempo si queremos llegar a fin de mes, etc. desgraciadamente ya no se tienen ese tiempo para el club, es por esto que ha habido un vacío dirigencial que hace que los clubes se caigan, al no haber una presencia física los chicos y las familias dejan de concurrir; porque hoy a las diez de la mañana el club está cerrado y para averiguar algo tenes que ir tipo diez de la noche donde encontrás algún administrativo, son distintos puntos que perjudican al club”, enfatiza Montenegro ante la atenta mirada de los estudiantes.
“Para esto hay que involucrar a ese montón de profesores de educación física que se reciben por año y que no tiene trabajo, hay tenes la mano de obra, los clubes necesitan de esos profesores para reactivar la entidad y empezar desde la mañana a realizar distintas disciplinas, no podes empezar después de las cuatro o cinco de la tarde, el club debe trabajar durante todo el día para cumplir la función social, haciéndolo solo de tarde se llega a satisfacer la función deportiva y no la humanística”, agrega.
“Hoy un chico entrena solo 50 minutos por día, tres veces por semana y eso es muy estrecho, eso no sirve, el deporte no es una alternativa, es algo que se va formando y que necesita tiempo. Por esto el club debe volver a vivir y de eso se debe encargar el municipio dándole herramientas como los profesores de gimnasia que deben estar en contacto con los chicos y los demás clubes para saber las distintas característica de uno y otro; es mucho mas fácil decirlo que hacerlo, hay que reactivar los clubes, éste no puede ser una cosa física que esta quieta esperando que alguien entre, el club debe trabajar o hacer cosas para atraer a los chicos”, sintetiza.
Sin lugar a dudas Montenegro dejó una impronta mientras fue jugador, mas allá de lo deportivo, implementó una conducta y un estilo distinto de lo que hasta entonces era habitual y eso lo marcó y lo destacó para siempre.
“Mientras jugué me tomé todas las cosas de manera muy especial, en muchas cosas me adelante entendiendo que esto es un negocio, el deporte es un entretenimiento y yo noté hace 20 años que se iba a tornar en todo lo que es hoy, en un gran negocio movilizador de masas”.
“Mientras fui jugador hacia cosas en base a que mi negocio siguiera funcionando, terminó el jugador, guardé el payaso y ahora soy un ciudadano civil como cualquier otro, el “Loco” ahora también es un ex. Creo haber sido muy contradictorio en mi vida y eso es porque las personas que van creciendo día a día y que buscan mutar buscando algo nuevo tienen ese contra punto”, concluye.
“Mas allá de eso yo siempre traté de darle un poco de color al asunto, creo que los que somos privilegiados en lo que hacemos no podemos ser infelices o sufrir como lo hacen muchos, que se reprimen y entran en depresiones porque no saben que hacer con sus vidas, se tornan personajes hasta siniestros en algunos casos porque hacen cosas que no les gusta; es muy difícil ser deportista hoy en día”, analiza Hernán.
“El ambiente es titiritero y la mayoría se ahoga en ese circulo, si sos muy publico podes tener tu personaje, el mismo tiene que ser de defensa y por eso por ejemplo todo el mundo habla de Maradona, podemos estar diez horas hablando de Diego pero la gente no entiende que Maradona es único e irrepetible y que por sobre todas las cosas es un jugador de fútbol”, sintetiza Montenegro que hasta hace algunos meses tuvo, junto a Pedro Troglio, su agencia de representación de jugadores.
La “amiga blanca” que tanto lo perjudicó
“Uno de mis problemas fue el tema de las drogas y mi gran adicción a las noches, yo llevé una vida muy rocker porque a mi me gustó vivir, nunca pelié con nadie, soy muy calmo, tengo mi bohemia pero tranquila.
De joven tuve la suerte de hacer algo que estaba piola y encima me pagaban y entonces lo único que hice fue vivir, dentro de ese vivir tuve un montón de curiosidades, como la droga que es algo que me apasiona desde la intelectualidad, es algo para hablar mucho y que esta mal entendido y utilizado, desde donde yo lo viví fue algo intelectual, nunca tuve adicción a las drogas que es lo que muchos no saben, yo he probado todo tipo de drogas, por lo menos hasta las que estaban hace 10 años, ahora escucho y veo cada cosa que lo mío, a comparación de esto, era blanca nieves (risas)”, afirma Hernán sin pelos en la lengua.
“Cuando tenia nueve años me di cuenta que tenía que hacer algo, yo tenía un terrible complejo de inferioridad, la mayoría de las personas que venimos de círculos muy bajos tenemos ese complejo que es bueno porque te empuja a salir, pero cuando logras lo que querías es lo que te empieza a matar, porque empezas a sentir culpas, “¿porque el no y yo si?, etc.”, y a mi me sucedió eso, yo vivía con culpa, a la plata no le daba ni bolilla, venía alguien me pedía el auto y yo se lo daba así nomás y todos pensaban “que bueno que es este tipo” y no es que fuera bueno pero no le daba importancia, porque no le daba valor a lo que yo hacia, no era buen chico sino que yo tenía un problema interno en la cabeza pero gracias a la terapia pude darme cuenta de eso y entender lo que me pasaba”, agrega.
Si hay algo que Hernán tiene claro es que nunca será entrenador de básquetbol,
“Un día con Beto Cabrera charlamos sobre eso, el se me acercó y me preguntó si me gustaría dirigir una vez que terminara mi carrera como jugador, al yo decirle que no tenia muchas ganas el me respondió bien claro; “no vas a poder Hernán, los que jugamos bien a algo creemos que los demás también van a hacer las cosas igual de fáciles que nosotros y estamos equivocados”. Los grandes jugadores no pueden ser entrenador, yo en la cancha, gordo como estoy, puedo leerte a la perfección el partido las situaciones del juego, pero sentado en el banco me como absolutamente todas las situaciones que cualquier otro puede ver”
¿Tuviste frustraciones en tu carrera deportiva?
“Millones, te dormirías, yo tuve un problema muy grande que es el que le ocurre a las personas que tenemos talento, el talento es algo que te toca y no algo que elegís y de repente te toca en algo que no preferís, que no disfrutas, tenes facilidad para hacer algo pero no te llena el alma y yo con el básquet tuve esa discusión interna, disfrutaba del juego y no del circo y el personaje fue mi defensa, contra ese circo. Mira que paradoja: quise ser el mas payaso de un circo que odiaba, siempre tuve esa dicotomía entre el jugador, el talento y la persona; por dentro mío sabia que la persona no tenía nada que ver con el jugador y mucho menos con el personaje, pero lo había creado y no lo podía matar, no había vuelta atrás”.
¿Tuviste particiones entre el jugador y el personaje?
“Sin dudas el personaje le ganó a la persona y eso me costó muchos años de terapia hasta darme cuenta, ese personaje en algunos aspectos me va a jugar en contra, en otros me va a servir de experiencia”, cuenta a los presentes en el Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social.
Eterna duda bahiense: ¿Beto Cabrera o Manu Ginobili?
Quien ama, juega o quizá solo siente y sigue el básquet en Bahía Blanca, habrá discutido, en alguna oportunidad, en busca de elegir al mejor de este deporte no solo en la ciudad y la zona sino también en el país. Salvando olímpicamente las distancias: un mini Maradona–Pelé en torno a dos cracks, pero para Hernán no hay dudas.
“¡¡Cabrera hijo!!, con todo el respeto que me merece Manu. Yo jugué contra los dos, Ginobili es un tremendo atleta es un muy buen jugador de básquetbol que aprendió rápido lo que había que hacer para estar donde está, Ginobili es todo cerebro pero nunca tuvo el talento de Cabrera, el mío o el de Pichi Campana. Beto Cabrera jugaba el básquet de hoy pero 30 años atrás”, asevera quien representa a Román González.
“Te puedo contar una anécdota chiquitita para que te des cuenta de esto, un día jugaba la selección de Bahía y en ella estaban Frued y Cabrera, en un momento del juego Beto agarra un rebote en su aro y de espaldas a la cancha y desde la mitad de la misma Lito (Frued) le empieza a gritar para que le pase el balón, para todo esto Cabrera ya lo había visto y entonces de espaldas le hace un pase con efecto, la pelota pica a cinco metros de Lito y este se despreocupa pensando que el balón se iba, la pelota picó y le pasó a un metro, él se quedó estático, como con miedo sin entender nada, entonces Cabrera le pregunta porque no agarra el balón y Lito se enoja y lo insulta por el pase que le había puesto (Risas): Cabrera jugaba a otra velocidad y a un ritmo que nadie podía entender en esa época”. Montenegro no tiene dudas.
El talento es más fuerte que todo ¿no?
“No, te lo explico con este ejemplo. En una carrera de atletismo se para el yanqui terriblemente preparado, con un año de entrenamiento previo que sabe hasta el gramo de grasa que va a perder en esa competencia, al lado de él un keniata raquítico y enfermo, se larga la competencia y el ganador es el negro; en el anti doping descubren que, a pesar de la derrota, el norteamericano rubiecito vestido integro por Nike estaba por demás dopado; en las venas el ganador no solo tiene enfermedad, también tiene hambre de gloria y contra eso ¡no vas a poder luchar nunca!”, agrega en el Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social.
¿Qué cosas te quedaron pendientes en tu carrera?
“No me quedó nada pendiente, cuando jugué el único partido amistoso en la NBA al termino del mismo me fui muy amargado de ver todo lo que había en ese ambiente, yo me imaginaba otra cosa nunca el manejo que se ve en esa liga”
¿Cuánto cambiaste en tu vida al incursionar en las muchas cosas que has hecho?
“Mucho, fui mutando abruptamente. En la vida tenes que dividir todo, detesto los odios eternos y los rencores absurdos que me parecen bajos y mediocres. La vida, tu vida es hoy, hay que olvidar todo lo que pasó y de esta manera estas abierto a nuevas historias, no acumulas odios, resentimientos ni siquiera amores, eso te da la posibilidad de que todo sea nuevo en tu vida y de esta manera la encaras distinto”, sentencia.
Para terminar Hernán Montenegro se vio casi obligado a contar una anécdota de esas tantas que posee y que resultan tan graciosas
“Hay una anécdota que me piden en todos lados. Yo siempre fui amante de los autos y por eso fui de cambiarlos muy seguido, a veces cada un día dependiendo el auto que viera y me gustara. Por este motivo yo le compraba los autos a mi mujer pero un día ella me pidió que dejara de elegirle los autos y si lo encontraba, que le comprara un escarabajo y se lo pintara de rosa.
Un amigo un día me avisa que había uno en un lugar de compra y venta, me voy a verlo y al llegar lo veo al escarabajo y por detrás un enorme colectivo, nunca me voy a olvidar era un Magic Deutz 1974 blanco, 42 asientos y baño”. (Risas)
“Cuestión que el tipo del lugar me mostraba el escarabajo a mí y a mi amigo, pero yo no podía sacarle la vista de encima al colectivo, para todo esto mi amigo que me conoce de años me dice “Pichu, te está gustando el colectivo” (risas) entonces yo le digo si, tengo ganas de llevarlo, mi amigo me empieza a decir que habíamos ido a ese lugar por el auto y que encima yo no sabía manejar colectivos, pero él si sabia entonces el vendedor me dice el precio del auto y al toque le pregunto por el precio del colectivo, el tipo me mira y me pregunta si necesitaba uno, cuestión que el vendedor me lo muestra mientras yo estaba como nene sentado haciéndome el que manejaba, ahí nomás se lo compré y me lo llevé. Al llegar a casa mi mujer se quería morir, le dije que era un poquito mas grande que el escarabajo pero no me quería bajar (risas), la cuestión es que todos los domingos salíamos a pasear con los chicos. Hoy por hoy estoy muy complicado porque salió el escarabajo nuevo y como desde aquella vez no se lo regalé nunca, mi mujer ahora lo quiere cero kilómetro” (Risas).
Hernán Montenegro en frases
“Mirar a alguien a los ojos cuando habla es algo fundamental que se está perdiendo, estamos cerca en lo tecnológico pero lejos en lo humano”
“Yo antes me mataba por ver NBA, yo ahora la salteo por completo, no me interesa. Se perdió el talento”
“Después de esta generación brillante de jugadores en la selección de básquet veo un futuro muy malo, no hay reemplazantes para estos jugadores”
“Ginobili no salió de Bahiense de Norte, salió de La Rioja donde se hizo como jugador y como persona”
“Nunca te comas el caramelo de “yo formé a…” los mejores son mamá y papá”
“Nunca tuve problemas en decir lo que pienso”
“Con medios o sin ellos, si vos querés: podes”
“El jugador de básquet es muy difícil y yo fui el mas difícil entonces no tengo ganas de aguantar gente como yo”
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