viernes, 13 de febrero de 2009

¿Antisemitismo?


Por laura lattanzi



El pasado Martes la comunidad judía lanzó un fuerte reclamo para que se terminen con los ataques que clasificaron de antisemitas. “Repudiamos esta ola de antisemitismo que está surgiendo cuando los extremistas están aprovechando cualquier cosa que pasa en Medio Oriente para atacar a los judíos, con cualquier pretexto", dijo el embajador de Israel en Argentina, Daniel Gazit. La serie de ataques a la comunidad judía argentina que menciona hacen referencia a aquellos que han surgido desde el estallido de la guerra en la Franja de Gaza que incluyó protestas frente a la sede de la Embajada de Israel en Buenos Aires, el escrache al empresario Eduardo Elsztain, una falsa amenaza de bomba en la AMIA, pintadas y otras agresiones.
Sergio Burstein, miembro de Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA destacó el papel de Luis D`Elia, al que acuso de usar el conflicto en Gaza, para instalar el antisemitismo en la sociedad argentina y propagar así el temor entre la comunidad judía argentina.
Frente a esta situación pensamos en primer lugar que el fantasma del antisemismo no puede ser ignorando, sobretodo si tenemos en cuenta que la argentina cuenta con la comunidad judía más extensa de América Latina, y que hemos sufrido dos sangrientos atentados en 1992 y 1994, el primero contra la sede de la embajada de Israel y el segundo contra la mutual judía AMIA. Sin embargo, debemos preguntarnos si las últimas manifestaciones en contra los ataques en la Franja de Gaza son solo una excusa para descargar sentimientos antisemitas y nada tienen que ver con el tema de Medio Oriente, como afirman representantes de la comunidad judía; o son un claro repudio a la masacre de un pueblo por parte de otro pueblo.
¿Es que acaso las masacres son “patrimonio exclusivo” de los que se alzan como representantes del pueblo victimario o responden a la humanidad toda?, ¿quién se reserva el derecho eterno de ser victima o victimario? No deberíamos en este contexto bipolarizar a la sociedad, entre antisemitas o judíos, entre victimas o victimarios. Incluso muchos judíos han repudiado el ataque de Israel sobre Palestina, acusando al gobierno israelita y sus representantes de sionistas que buscan convertir a los judíos en blancos, a través de la adopción del racismo blanco en contra del pueblo palestino; mientras que otras voces han clasificado como nefasta y de capitalismo salvaje el ataque sobre la Franja de Gaza.
Ahora bien, la persecución a los judíos no puede ser negada y sabemos que los sentimientos antisemistas han persistido a lo largo de la historia y no solo durante el Holocausto. Pero, no debemos dejar que las masacres tengan rótulos o banderas exclusivas. Jugar a ser juez entre victimas y victimarios parece absurdo, aunque no ingenuo, cuando se trata de una guerra que arroja miles de muertos y heridos civiles y no civiles, sea el pueblo que sea. Por ello nos preguntamos ¿Qué legado debe dejarnos la experiencia del Holocausto? En vez de distinguir entre victimas y victimarios deberíamos recordar lo inexplicable, absurdo y horroroso de un exterminio.

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